lunes, 7 de marzo de 2011

Tres problemáticas: marginación, identidad y estándar

[1] Al construir un mundo tecnológico, los ciudadanos se convierten en sujetos tecnológicos. Este hecho produce un problema; las personas que no tienen acceso a los recursos para hacer uso y formar parte de ese mundo, quedan desplazadas. Se crea un nuevo tipo de desigualdad; la electrónica. Un ejemplo sería las personas del tercer mundo o, un caso más concreto, las personas mayores. La tecnología es, innegablemente, un medio de desarrollo y avance, pero no se puede ignorar que también es fuente de desigualdad y, en cierto modo, discriminación.

Este enlace pertenece a la asociación de madres y padres internautas. Parte de la brecha tecnológica que existe entre padres e hijos. http://www.aempi.com/educacion1.php

[2] La identidad también se integra en ese mundo tecnológico; sea mediante aparatos de vigilancia o compras por internet o redes sociales. Se presenta una sensación de que uno no es realmente dueño de su propia identidad. Es conocida la desconfianza que nace a la hora de introducir datos en una página web o, tras ver una película del estilo del Caso Bourne, sentir que no existe frontera definida entre lo privado y lo público en el mundo de la tecnología.


[3] Internet funciona y existe porque se ha llegado a un estándar; un lenguaje común. Sin embargo, no es así en todos los campos del mundo tecnológico. Se debe principalmente al hecho de que el desarrollo y la innovación están en manos de empresas, que establecen cada una su propio estándard. Cada vez que se desarrolla algún elemento tecnológico, con el fin de mantener los intereses comerciales de las empresas que las elaboran, se crea un nuevo lenguaje o estándar. Para facilitar el avance y el progreso, sería interesante que se llegara a unos estándares comunes. El primer intento de legislar este tipo de situaciones se ha dado hace pocos meses: la Unión Europea ha aprobado la elaboración de un cargador universal de móviles, independientemente de la marca fabricante del móvil.

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